A
principio de los años cincuenta Mollari conoce dos jóvenes pintores que serán
protagonistas en su camino artístico: Ricardo Carpani y Juan Manuel Sanchez.
Mario y Juan Manuel ya se conocían pues habían hecho juntos el servicio militar.
Los
tres ven que su pintura va hacia la misma búsqueda y deciden crear un
movimiento para ese motor creativo. Algo que los identifique en el mundo del
arte. Así nace el grupo “Espartaco”. El nombre está inspirado en la Liga
Espartaquista, el movimiento obrero alemán de raíz marxista, liderado por Rosa
Luxemburgo, quien a su vez la toma de Espartaco, que fuera el líder de la
rebelión de esclavos más grande de la historia de Roma.
Realizan
un manifiesto, en donde se proclamaba la búsqueda de un arte revolucionario
rechazando el colonialismo cultural.
Dice el Manifiesto: “La gran Nación
Latinoamericana ya ha tenido en Orozco, Rivera, Tamayo, Guayasamín, Portinari,
etc., fieles intérpretes que partiendo de las raíces mismas de su realidad han
engendrado un arte de trascendencia universal. Este fenómeno no se ha dado en
nuestro país salvo aisladas excepciones.”
Y es Espartaco quien se propone dicha
continuidad.
Los
tres artistas exponen por primera vez en la Asociación Estímulo de Bellas Artes en
1957.
Mientras
Espartaco va tomando forma, el Director del Museo de Arte Moderno de Buenos
Aires, Rafael Squirru observa la obra de estos tres jóvenes artistas y en 1959
les propone salir al mundo como movimiento en el Salón Nacional del Arte que se
realizaría en Mar del Plata, invitando a participar en esta muestra a Carlos
Sessano y a Esperilio Bute, incorporándolos de esta manera al Grupo.
En
ese año de 1959, comienzan a sumarse nuevos integrantes a “Espartaco”:
el
fotógrafo y amigo de Mario, Tito Vallacco y el pintor boliviano Raúl
Lara Torrez. El 1960 se suma la joven y talentosa pintora Elena Diz, (compañera
además de Juan Manuel Sanchez) y el pintor Pascual Di Bianco. En el año 1965
ingresa al grupo Franco Venturi
“Casi no había antecedentes de una pintura social. No había
pintores sociales que estuvieran involucrados en el contacto con la gente, en
cómo resolver sus problemas y el de los demás. Tenía que buscarse entonces como
se iba a expresar técnicamente, decirlo bien y todavía encima hacer una gran obra…
Una cosa casi imposible, estábamos pidiendo muchas cosas para tan poco tiempo
que tenemos… y una vida no alcanza”